Mi año YAV
Inicialmente me interesaba tener una experiencia diferente y
conocer del tema de migración y tener contacto con migrantes el poder servir en
esta área de la migración llamaba mi atención.
Al no haber migrantes en esta frontera tuve un choque con la
realidad teniendo expectativas diferentes de la frontera al no poder hacer mi
servicio en lo que deseaba, el programa YAV respondió a mi interés de servir
reubicándome con otra organización en la que me pude desarrollar muy bien tenía
miedo pero mi deseo por servir y terminar mi año me impulsaron a seguir
adelante.
Participar en un año de servicio voluntariado fue una
experiencia transformadora que va más allá de simplemente ayudar a los demás.
En primer lugar, me permitió conectar con diferentes comunidades y realidades,
ampliando mi perspectiva sobre el mundo. Fue una oportunidad para aprender
sobre las luchas y triunfos de otras personas, lo que enriquece mi comprensión
de la humanidad.
Además, el voluntariado fomento mi desarrollo espiritual,
personal y profesional. A través de esta experiencia, adquirí habilidades
valiosas, como el trabajo en equipo, la empatía y la resolución de problemas.
Antes de hacer mi servicio decía tener miedo a estar sola y
he comprendido que he superado ese miedo he visto cada momento en el que Dios
me acompaña.
Al finalizar mi año de servicio, reflexiono sobre lo que he aprendido y cómo puedo aplicar los conocimientos de la vida cotidiana. Esto puede incluir la promoción del voluntariado en mi comunidad local, en mi iglesia y el uso de mis habilidades en mi carrera profesional.
De mi año
YAV quiero recordad cada momento vivido con mis compañeros que formaron parte
fundamental de este año, cada platica hoy me doy cuenta de que hay varias
experiencias y lecciones que marcaron mi camino. Espero recordar las emociones
encontradas de los primeros días, cuando la incertidumbre si quedarme o
regresarme se mezclaba con la esperanza de hacer una diferencia. Recuerdo las sonrisas de las pocas personas
migrantes a las que ayudé y con las que conviví, esos momentos de conexión
auténtica que rompen cualquier barrera. El haber compartido nuestra cultura,
tradiciones, comida típica de Honduras y México me hace llevarlos en mi
corazón.
Quiero
recordar las dificultades que enfrenté, porque fueron en esos momentos de
desafío que seguía sin saber si regresar a mi país o continuar es donde
realmente aprendí sobre la resiliencia y la importancia de la comunicación. Las
noches largas y las decisiones difíciles me enseñaron a valorar el compromiso y
la dedicación. Espero que al leer sobre esas experiencias, pueda reconocer mi
crecimiento espiritual, personal y profesional
También
deseo recordar cada momento vivido en el programa de enriquecimiento educativo
las maestras de cada sede que en todo momento demostraron su amabilidad, el
apoyo mutuo en cada actividad fueros personas que me hicieron sentir en todo
momento bien, la directora del programa que desde el primer momento me hizo
sentir parte importante de equipo siendo siempre accesible cuando ocupe de su
ayuda. A cada niño del programa los abrazos, las sonrisas de los niños que me
hacían querer continuar y llegar hasta donde hoy llegue, ellos para mi cada día
fueron una motivación extra, fue un reto el trabajar con niños ya que yo decía
no poder hacerlo eran solamente barreras que yo sola me ponía fue todo un éxito
el haber estado en este programa que ayuda a niños.
Quiero
recordar al equipo de Fronteras de cristo que abrieron sus puertas y me
recibieron con mucho cariño brindándome la oportunidad de tener una experiencia
transformadora en mi vida el poder colaborar en diferentes actividades me
ayudan a ser más consiente de la realidad en la frontera.
Quiero
recordad las historias de vidas que tocaron las mías, las anécdotas que
compartimos y las lecciones que aprendí de ellos. Cada encuentro me dejó una
huella, y esas huellas son parte de lo que me llevo ahora. Quiero que esas
memorias me inspiren a seguir actuando en beneficio de los demás.
Quiero recordad las relaciones construidas durante el tiempo de servicio, las historias compartidas y las habilidades adquiridas y quiero ser inspiración a otros a seguir el mismo camino de servicio.
Para mi el slogan "un año de servicio para una vida
transformadora" es una reflexión sobre el poder del servicio y la
conexión entre nuestras acciones y el impacto que hace en nuestras vidas y en
la de los demás.
Un año de servicio puede llevar a una vida transformadora pero se debe tener compromiso no es solo en un periodo temporal, sino una experiencia que deja una huella duradera.
"un año de servicio para una vida transformadora"
me invita a reflexionar sobre el impacto que tenemos en el mundo y cómo
nuestras elecciones pueden moldear no solo nuestro propio destino, sino también
el de aquellos que nos rodean. Nos recuerda que, a través del servicio, podemos
encontrar un propósito más profundo, desarrollar un sentido de comunidad y
transformar nuestras vidas en el proceso.
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